La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México concluyó su Temporada 2017 con emotivo concierto decembrino

· Bajo la dirección del maestro invitado, el español José Luis López Antón, la formación musical de la Secretaría de Cultura CDMX se presentó en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli



· Los músicos interpretaron obras clásicas del siglo XIX como El Cascanueces, de Piotr Ilyich Chaikovski; Sobre las olas, de Juventino Rosas, y Danubio azul, de Johann Strauss, que encantaron al público familiar

Este domingo 3 de diciembre, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) concluyó su Temporada 2017 con un emotivo Concierto Decembrino, luego de un periodo itinerante por diversos recintos de la capital del país y a pocas semanas de regresar a su renovada sede habitual: la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli.

Bajo la dirección del maestro español José Luis López Antón y ante un público numeroso y entusiasta en todo momento, la máxima agrupación musical de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México interpretó obras clásicas de la época invernal como El cascanueces, de Piotr Ilyich Chaikovski, y otras piezas muy conocidas del siglo XIX provenientes de Rusia, Alemania, Francia y México.

El joven director de orquesta español José Luis López Antón —actual colaborador de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León—, condujo a los cerca de cien filarmónicos, por un viaje por la música y las tradiciones propias de la Navidad en el mundo, obteniendo como premio, una prolongada ovación por parte de los asistentes que prácticamente agotaron las localidades.

Conmovido por la afectuosa respuesta del público, el director artístico invitado dedicó unas palabras al pueblo de México con motivo del sismo del 19 de septiembre, hecho que, dijo, retrasó, pero no impidió, su participación con la Filarmónica de la Ciudad de México. “Ustedes le han dado una lección al mundo; deben sentirse orgullosos de su pueblo, de su cultura, de su música y de su Orquesta”, expresó López Antón.

Las dos últimas presentaciones del año de la OFCM este fin de semana iniciaron con la Obertura de la ópera Ruslán y Liudmila, del compositor ruso Mikhail Ivanovich Glinka. Inspirado en un poema de Alexander Pushkin (fundador de la literatura rusa moderna), el libreto aborda la historia fantástica de dos típicos personajes de los cuentos de hadas: la doncella Liudmila y su enamorado Ruslán, quien se da a la tarea de rescatarla de su raptor.

Estrenada en el Teatro Imperial de San Petersburgo, el 9 de diciembre de 1842, una de las virtudes principales de la pieza es, sin duda, su colorido sonoro “integrado por algunas convenciones de la música del Occidente de Europa, especialmente las italianas, pero al mismo tiempo por un sabor ruso sazonado con referencias armenias, turcas, árabes y finlandesas (…) y un exotismo de corte oriental”, describe en las notas al programa el crítico musical Juan Arturo Brennan.

Le siguió la famosa suite del ballet El cascanueces op.71, del ruso Piotr Ilyich Chaikovski, obra indispensable en fechas navideñas que fue tocada por primera vez el 17 de diciembre de 1892. El cuento narra la historia de Clara, quien descubre que los extraños juguetes regalados por su padrino, el mago Drosselmeyer, cobran vida, y se involucra con ellos en una batalla entre un ejército de soldaditos de plomo comandados por un cascanueces en forma de soldado y un aguerrido ejercito de pequeños ratones.

Destacó entre los ocho movimientos que conforman El cascanueces, la “Danza del hada del azúcar”, una de las piezas más famosas de la partitura en la que “Chaikovski emplea sabiamente el rico sonido de la celesta, instrumento de teclado cuyo sonido se produce por el impacto de martinetes sobre láminas metálicas”, y que, según los conocedores, apareció por primera vez en la música de concierto con esta obra, apunta el especialista Brennan.

El primer bloque musical de la Filarmónica concluyó con un vals muy mexicano, Sobre las olas, del guanajuatense Juventino Rosas, quien compuso fundamentalmente melodías de música de salón, valses, polkas y mazurkas apoyadas por las formas europeas, pero con giros provenientes de nuestra música popular, anota el especialista.

Lo cierto, añade el crítico, “es que la popularidad extraordinaria del vals Sobre las olas ha impedido que otras piezas de Rosas se toquen”, y si bien se dio a conocer por toda Europa, muchas veces se desconoce al autor. “En muchos sitios ha causado sorpresa la información de que este vals famoso en todo el mundo haya sido escrito por un mexicano, lo cual dice mucho de la eterna tendencia eurocéntrica de todo lo que tenga que ver con la cultura”.

Del alemán Johann Strauss Jr. la OFCM interpretó después de un receso la opereta El murciélago (1874) y Por el bello Danubio Azul, Op. 314 (1867). La primera es una divertida composición basada en la comedia de Roderich Benedix y la segunda forma parte de una de las elipsis más asombrosas en la historia del cine con la película 2011: Odisea del espacio, dirigida por Stanley Kubrick en 1968.

Fiel a su herencia español, el maestro López Antón dirigió con gentileza y audacia algunas selecciones de la ópera Carmen, del francés Georges Bizet. Basada en una novela corta de Prosper Mérimée, la obra —cuenta la historia-- no fue bien recibida en su estreno el 3 de marzo de 1875, lo cual provocó que la salud de Bizet se deteriorara hasta fallecer tres meses después.

No obstante, con el tiempo la composición ha tenido diversos arreglos y versiones que la han vuelto una de las más famosas y favoritas de los directores de música, cine, danza y teatro en el mundo, y en su interpretación en la Sala Silvestre Revueltas resaltó el sonido de los platillos y las trompetas. A todo ello ayudó la reciente remodelación a que fue sometida la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli.

Esta nueva arquitectura sonora se estrenó el pasado 19 de noviembre, tras una exhaustiva remodelación que duró diez meses. El diseño contemporáneo que le brindó el arquitecto Eduardo Saad Eljure es equiparable con el de la Symphony Hall de Boston, una de las mejores del mundo, ya que ambas cuentan con un tiempo de reverberación sonora de 1.8 segundos.

De esta forma, la OFCM concluyó un intenso año de actividades que estuvo lleno de retos, pero también de logros y el reconocimiento del público.

La información de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México está disponible en el sitio http://ofcm.cultura.cdmx.gob.mx y a través del hashtag #LaOrquestaRegresa.

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