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Musica 2015-05-30 20:29

Catedra de virtuosismo en Bellas Artes con Paquito D´Rivera y Jose Eduardo Chavez Quintero

Cátedra de virtuosismo en Bellas Artes con

Paquito D´Rivera y José Eduardo Chávez Quintero





Ø “¡Me robó el show!, dijo el músico al escuchar el talento del joven mexicano



Ø La Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Carlos Miguel Prieto, acompañó a los artistas





“¡Me robó el show!”. Con estas palabras Paquito D’Rivera se refirió al debut del marimbista mexicano José Eduardo Chávez Quintero la noche del pasado viernes en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, donde ambos intérpretes estuvieron acompañados de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), dirigida por Carlos Miguel Prieto.



Lo cierto es que tanto el músico cubano como el ganador del Concurso de Jóvenes Solistas de las Escuelas del Instituto Nacional de Bellas Artes se acoplaron tan bien, que dieron cátedra de virtuosismo y humildad al público que disfrutó de una noche inolvidable.



El primero fue Chávez Quintero, quien a sus 22 años tocó de una manera notable el Concierto para marimba y orquesta de cuerdas, de Emmanuel Séjourné, obra que requiere de verdadera destreza, sensibilidad y habilidad para interpretarse.


Durante su debut el joven talento mexicano en ningún momento perdió la compostura. Su virtuosismo, combinado con su pasión, no podía ser más que excepcional, por lo que los aplausos del público no se hicieron esperar. Para demostrar su agradecimiento, el joven ejecutó un encore de similar complejidad.



Tras un breve silencio, Paquito D’Rivera hizo su entrada al escenario del Palacio de Bellas Artes, pero de un modo natural, improvisado, humorístico. A los integrantes de la OSN, incluido el propio director, les dijo sin más: “Todos a trabajar”, lo que ocasionó la risa de los asistentes.



Y en verdad trabajaron sin parar durante más de dos horas. “La OSN es fenomenal”, dijo el artista cubano, no sin antes arremeter con naturalidad: “¡No me gusta este chico (Eduardo Chávez Quintero), me robó el show!”. Palabras que, sin duda, fueron todo un halago.



Antes de ejecutar Cape Cod Files, obra de su autoría, D’Rivera explicó a los concurrentes que el primer movimiento está dedicado al clarinetista más famoso de todos los tiempos: “Benny Goodman, no Beny Moré”; el segundo, está abocado al instrumento más expresivo que existe; el tercero es sobre el compositor más representativo, Ernesto Lecuona, y el cuarto es una noche dedicada a una diva cubana.



Más bien, este concierto fue una muestra ecléctica de su enorme talento, por momentos recordó a los grandes musicales de Broadway o de Gershwin, e inmediatamente trajo a colación los ritmos tropicales tan familiares para los latinoamericanos.


Luego de dar cátedra de cómo tocar con sensibilidad el clarinete, Paquito D’Rivera tocó el saxofón, aunque de una manera tan original y magistral que refrendó su posición entre los mejores del mundo. Sus ideas musicales son tan ligeras y a la vez tan abstractas que parecen una catarata de sonidos semejantes a las cadenas del ADN, dispuestas a crear nuevas armonías y melodías infinitas.



Durante una parte de este concierto, Paquito D’Rivera y Chávez Quintero se dieron un mano a mano. Ambos entablaron un duelo de talentos, para dar paso a un solo del cubano, por demás espléndido.



Posterior al intermedio, el quinteto de jazz del cubano (un poker de ases con comodín), tocó un adagio sobre un tema de Mozart, compuesto por el propio D’Rivera.



Antes de esta interpretación, Paquito D’Rivera, a quien le gusta hablar tanto como tocar, dijo que “Carlos Miguel Prieto y yo hemos descubierto que Mozart no ha tocado nada más que blues”.



La ocurrencia, que no fue tal, se convirtió en realidad en manos de Paquito. Le rindió un sincero y afectuoso homenaje a Mozart, claro que muy a su manera. La gente estaba alegre de que re-descubrieran que el jazz y la música clásica no son géneros tan distintos.



También vendría un homenaje a Astor Piazzolla, “uno de mis compositores favoritos porque le cambió la cara al tango. Como a los grandes hombres de talento, le hicieron la vida imposible, como a Charlie Parker”, agregó Paquito D’Rivera, entregando cuerpo y alma.



Mención aparte merecen los músicos que componen su grupo de jazz: el pianista Alex Brown, el bajista Oscar Stagnaro, el baterista Mark Walker y el trompetista y trombonista Diego Urcola, cuatro virtuosos de sus respectivos instrumentos e imposibles de describir con palabras.



En resumen, dos acontecimientos inéditos sucedieron la noche del día 29 de mayo de 2015: el increíble debut de una joven promesa mexicana, José Eduardo Chávez Quintero, y la presencia siempre grata del músico cubano Paquito D’Rivera, quien siempre ha llevado alegría a los corazones.

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