Zona de riesgo, retrospectiva de Carlos Aguirre a 30 años de su primera muestra individual en el Museo de Arte Moderno





La exposición de uno de los pioneros de la instalación en México incluye cien obras que describen la evolución de su conceptualismo de marcada vocación social



Ø Desde sus neográficas tempranas de los años setenta hasta las instalaciones monumentales de su madurez



Ø La exposición permanecerá montada del 23 de junio al 27 de septiembre de 2015





A tres décadas de su primera muestra individual en el Museo de Arte Moderno (MAM), exhibida en 1985, Carlos Aguirre (Acapulco, Guerrero, 1948) regresa a este recinto con Zona de riesgo, un recorrido temático que recapitula las ideas recurrentes de su trayectoria a través de las tres técnicas con las que se le identificó como precursor de la instalación en México: la tercera dimensión, el gran formato y la obra para sitio específico.



La exposición, cuya curaduría corrió a cargo de Pilar García (Universidad Nacional Autónoma de México), y la coordinación general, de Sofía Neri (MAM), incluye cien obras, desde sus neográficas tempranas de los años setenta hasta las instalaciones monumentales de su madurez, que describen la evolución del conceptualismo del autor, de marcada vocación social, y permanecerá montada del 23 de junio al 27 de septiembre de 2015.



La formación de Carlos Aguirre en diseño industrial, en la Universidad Iberoamericana y en la Central School of Art and Design de Londres, no solo le dio herramientas para desempeñar una profesión en el campo editorial (ha ilustrado innumerables portadas de libros, para Alfaguara principalmente, además de revistas como Debate Feminista), sino que también lo orientó en los años setenta hacia el collage y la gráfica intervenida con fotografías, fotocopias y diagramas, y, aunada a su curiosidad por la ingeniería, en la década siguiente culminó en el ensamblaje y la instalación.



Observa Sylvia Navarrete, directora del MAM: “Desde el tema de la Revolución Mexicana, que en su juventud volcó a la obra sobre papel, la reflexión sobre la historia y, en especial, sobre los mecanismos ocultos de dominación que preñan la imagen, el lenguaje y los medios de comunicación, ha conferido al trabajo de Aguirre un aspecto de ‘labor de contrainformación’, con un tono directo, acaso agresivo, y no siempre exento de sarcasmo y de humor negro.



“El eje rector de su obra es la crítica al poder (ejecutivo, legislativo, judicial y eclesiástico), alrededor del cual convergen otros cuestionamientos relativos a la guerra, la tortura, el narcotráfico, la pederastia y la injusticia. Sobra agregar que, características de la generación a la que pertenece Carlos Aguirre (formó parte del grupo Proceso Pentágono en los años setenta), sus preocupaciones de orden ideológico giran también en torno a la contaminación ambiental. Estos temas mismos articulan los siete núcleos de la exposición”.



Más que esculturas, las obras tridimensionales de Aguirre ocupan el espacio cual dispositivos a gran escala que, elaborados con materiales rudimentarios y de desecho (residuos de la calle o de algún río, artículos de ferretería o reciclados industriales), hacen corresponder una estructura de tensiones y desequilibrios.



“La catástrofe pende de un hilo”, parecen espetarnos estas instalaciones. Y en efecto, lo que aspiran a traducir es la frágil relación entre cultura y entorno natural, que podría equivaler a una historia de las patologías depredadoras, y las “zonas de riesgo” que suelen mediar entre el individuo, la sociedad y el poder.



La exposición cuenta con un catálogo virtual en línea que puede consultarse en el sitio web del recinto (museoartemoderno.com), y el cual contiene los textos introductorio y de los siete núcleos firmados por la curadora Pilar García, así como una selección de 15 obras de Carlos Aguirre y recorridos virtuales por la sala de exposición.



Las actividades paralelas a Zona de riesgo se centran en un programa de visitas guiadas con taller, en coordinación con la Institución Abierta Casa de Medio Camino-Sur, organismo dependiente de la Subdireccción de Sistema Penitenciario de la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal, especializada en la reinserción de los preliberados, su compromiso y corresponsabilidad social. Estas visitas, programadas para los días 26 de junio, 24 de julio y 22 de agosto, darán a los interesados la oportunidad de percibir el arte como un medio transformador de experiencias.