Estreno mundial de Cuatro Canciones Mexicanas, con arreglo de Arturo Márquez





El Palacio de Bellas Artes desborda juventud y pasión musical con magno concierto



· La Orquesta Sinfónica Infantil de México y el Coro Infantil de la República reunieron a sus 212 intérpretes



· Fue un emotivo momento musical resultado de un proceso que muestra el mejor rostro de México: Tovar y de Teresa



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El Palacio de Bellas Artes se llenó de juventud y pasión musical la tarde del domingo 9 de agosto con la presencia de 110 instrumentistas de la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM) y 102 cantantes del Coro Infantil de la República (CIR), todos pertenecientes a más de 20 orquestas y coros del Movimiento Nacional de Agrupaciones Musicales Comunitarias.



Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y el compositor Arturo Márquez atestiguaron esta consagración de ambas agrupaciones en el escenario más importante del país, después de concretar su 24 Campamento de Estudios, así como su temporada de conciertos organizada por el Conaculta a través del Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM) y la Dirección de Vinculación Cultural.



La Orquesta Sinfónica Infantil de México, bajo la batuta de Eduardo García Barrios, director del SNFM, y el Coro Infantil de la República, dirigido por Alejandro León, interpretaron piezas como La artesiana, de Bizet; la obertura La gran pascua rusa, de Rimsky-Korsakov; Stabat mater, de Pergolesi; la Suite número 2, de Manuel de Falla, y Janitzio, de Silvestre Revueltas.



El presidente del Conaculta dijo que escuchar en este concierto a la Orquesta Sinfónica Infantil de México y al Coro Infantil de la República fue un emotivo momento musical resultado de un proceso que muestra el mejor rostro de México, comentario que replicó en su cuenta de Twitter @rtovarydeteresa.



“El trabajo del Sistema Nacional de Fomento Musical se confirmó con el extraordinario concierto de la OSIM y el CIR. Arturo Márquez compuso los arreglos para cuatro canciones populares mexicanas y ha tomado con un gran compromiso este movimiento de impulso al talento musical infantil”, afirmó Rafael Tovar y de Teresa.



Con transmisión vía streaming, tanto en línea como en la pantalla gigante colocada a un costado del Palacio de Bellas Artes en el corredor Ángela Peralta, el concierto mostro la destreza interpretativa de los 212 niños y jóvenes, tanto de la Orquesta como del Coro Infantil de la República, quienes han encontrado en la música un medio de expresión, disciplina personal, enriquecimiento lúdico y en muchas ocasiones un refugio a factores sociales de zonas vulnerables.



Antes de la interpretación de La gran pascua rusa, donde lucieron los instrumentos de aliento y cuerdas, Eduardo García Barrios agradeció a los gobiernos estatales que, en coordinación con el Conaculta, hicieron posible esta iniciativa, así como el desarrollo de más de 14 campamentos musicales para que los niños y jóvenes enriquezcan su destreza interpretativa.



"Fue un trabajo impresionante para coordinar esta actividad y nuestros jóvenes intérpretes mantuvieron su disciplina en jornadas de ensayo de nueve de la mañana a 23:00 horas. De hecho un programa tan variado como el que hoy presentamos, responde también a un fin pedagógico para que ellos tengan contacto con diferentes estilos, latitudes y culturas que enriquecen al ser humano".



El público reunido en la Sala Principal de Bellas Artes celebró la interpretación mano a mano de la orquesta, en la batuta de Barrios, y el coro, bajo la dirección de Alejandro León, en el estreno mundial de Cuatro Canciones Mexicanas: Hanal weech, El feo, Tirineni tsitsi y Canción mixteca, en memoria del compositor oaxaqueño Narciso Lico Carrillo, todas ellas con arreglos de Arturo Márquez.



La parte final del concierto fue con la obertura del musical de Broadway, West side story, compuesto por Leonard Bernstein, que en un original arreglo fue interpretado mano a mano entre coro y orquesta, así como una presentación musical que incluyó el baile de los 212 jóvenes músicos y cantantes al ritmo de mambo en una alegre y colorida catarsis que incluyó el lanzamiento al aire de sus bufandas verdes, blancas y rojas.



Después de la última pieza de la noche, Alas (A Malala), de Arturo Márquez, mencionada por Eduardo García Barrios como el himno del Movimiento Nacional de Agrupaciones Musicales Comunitarias, una lluvia de aplausos resonó en la Sala Principal y el corredor Ángela Peralta, donde cientos de personas se congregaron a disfrutar de este esfuerzo que, a través de la pasión de los niños y jóvenes, enaltece la música y brinda una verdadera dimensión social a la cultura.



HBL