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Cine 2015-08-21 13:41

En Cineteca Nacional exponen el impacto de La escondida en el pueblo de Tlaxcala

En Cineteca Nacional exponen el impacto de La escondida en el pueblo de Tlaxcala



Las estrellas de la película se convirtieron en íconos que imitaron los habitantes tlaxcaltecas: Rodolfo Juárez Álvarez



“Ni antes ni después de La escondida ha existido filmación alguna que desate tanto interés entre los públicos locales”, afirmó el especialista Rodolfo Juárez Álvarez durante su charla Miradas que construyen: los públicos en el torbellino fílmico de La escondida, sesión que tuvo lugar este miércoles 19 de agosto en la Sala 4, Arcady Boytler.



Como parte del Ciclo de charlas Miradas al cine mexicano, organizado por el Departamento de Extensión Académica de la Cineteca Nacional, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y la Academia Mexicana de la Historia, la exposición del maestro en Historia del Arte por la UNAM giró en torno a la investigación realizada en Tlaxcala, donde retrató la experiencia de los habitantes de los poblados que albergaron las locaciones donde se rodó el filme de Roberto Gavaldón, en 1954. Y es que la gente de Huamantla, Acocotla, Santa Ana Chiautempan y la capital de la entidad, todavía recuerda con cariño a las estrellas del filme.



Juárez Álvarez comentó que la industria del cine mexicano en la época de oro quería imitar el star system desarrollado por Hollywood, donde el peso de la película caía en sus actores estrella. Eso propulsó la carrera de María Félix que, en su papel de Gabriela en La escondida, cautivó al pueblo tlaxcalteca. “El star system mexicano fabrica a las estrellas, estas estrellas además recogen el valor emotivo y afectivo de los públicos y entonces se convierten en estereotipos, prototipos, que pueden ser imitados por los públicos”, aseguró el investigador.



El historiador también contó varias anécdotas de cómo los habitantes de estas localidades todavía conservan fotografías, utilería y otros recuerdos del set de La escondida, los cuales se han vuelto parte de la decoración de sus hogares. “Los objetos inanimados cobraron vida y se convirtieron en íconos de identificación social debido a la imagen en movimiento”, reflexionó.



Además de entretener a los pobladores, el rodaje de la película provocó cambios en la forma como se veía a Tlaxcala, perfilándola “como un lugar para recibir otras producciones”. El ganador del Premio Estatal de la Juventud 2013 mencionó a El puño del amo (Emilio Fernández, 1956) y Tú y la mentira (René Cardona, 1958), como ejemplos producidos en su estado natal.



La exposición del especialista también incluyó fragmentos de distintos artículos de periódicos de la época que cubrieron los rumores de la producción, su estreno y reacciones en el Festival de Cannes, y la recepción que tuvo en el Cine México, en el Distrito Federal.



El investigador mencionó que a pesar del éxito que tuvo con los locales, el autor de la novela en la que se basó la película, Miguel M. Lara, estuvo inconforme y reprobó la adaptación. En una carta a Antonio Acevedo, uno de sus amigos, el escritor dijo: “Así son de inteligentes los señores del cine, que compran argumentos para aprovechar de ellos nada más el título”.



El Ciclo de charlas Miradas al cine mexicano continuará el miércoles 26 de agosto con la ponencia de Julia Tuñón, Cuerpo y erotismo de La diosa arrodillada, donde se proyectará La diosa arrodillada (1947), del director Roberto Gavaldón.



RGY

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